sábado, 13 de noviembre de 2010

CUENTO




LA MALLA OSCURA


…y entonces mi señorita anel vinió y con su voz ronca me dijo despierta marcelita levántate ya es tarde y me jaló de mi mano pero yo no quise levantarme porque quería que me des otro beso aquí en mi mejiya y también porque quería ver tu cara pero mi señorita anel se puso muy seria y me dijo qué dormilona eres chiquita mira qué tarde es a qué hora vamos a llegar al penal y me jaló de nuevo bien fuerte y entonces me desperté y me puse triste triste porque el beso que me habías dado era puro sueño y también lo que me habías llevado en micro a mi colegio y también mi señorita anel era puro sueño porque era mi mamá la que me jalaba de veras para que me levante y tome mi quaquer y las dos venir a verte y entonces ella viendo mi cara me dijo discúlpame hijita que soy muy tosca y yo le dije no mami no estoy llorando porque me jalaste sino por otra cosa y entonces le conté mi sueño que había tenido y que tú me habías dado un beso como siempre te pedía y tú no puedes darme nunca y también le conté que yo te había mirado tu cara pero tú no tenías cara o sea sí tenías pero yo no podía verte porque la malla oscura te tapaba y entonces mi mamá abrió sus brazos así mira… y dijo qué tormento para una criatura y no sé qué más dijo porque en ese ratito la vecina américa que tiene su teléfono tocó nuestra puerta toc-toc toc-toc y dijo señora melania la llaman urgente por teléfono y mi mamá dijo quién será tan temprano ojalá no haya pasado nada malo y salió muy preocupada y más luego regresó muy contenta con su pecho que subía y bajaba así mira… y abrió sus ojos así mira… y también sus brazos y yo corrí y nos abrazamos fuerte pero yo no sabía por qué nos abrazabamos y por eso le pregunté mami por qué estamos muy contentas y ella dijo ay hijita te acuerdas la otra noche cuando te dije voy a ayudar a tu tía carmela porque ella tiene unos problemas en su casa te acuerdas y yo le dije sí mami y me dejates con la vecina américa y mi mamá dijo exacto pero la verdad es que fuimos con tu tía y los demás familiares a ayudar a tu papá y a los compañeros en el penal así dijo y que ahora mi tía carmela le había dicho por teléfono que por fin se había roto no sé qué que era cerrado… ah sí régimen cerrado así dijo mi mamá y me abrazó de vuelta y dijo ay qué alegría te das cuenta hijita por fin vas a ver a tu papá qué alegría pero yo no comprendía nada y por eso le pregunté mami qué régimen cerrado se ha rompido y mi mamá se riyó un poquito así como tú que te has reyido ahora y me dijo no se dice rompido se dice roto y me explicó que ahora la visita ya no iba a ser por locuterio como antes y yo le pregunté mami qué es locuterio y ella se riyó de nuevo un poquito y me dijo no se dice locuterio se dice locutorio y yo le pregunté qué es mami y ella dijo es cuando vamos al penal a ver a tu papá y los policías nos encierran en el cuarto oscuro y feo con hartas mallas de fierro y por el otro lado encierran igual a tu papá y no podemos verlo ni tocarlo eso es locutorio hija y entonces entendí todito todito y recordé esa vez que yo era más chiquita todavía y quise ver tu cara y me subí al asiento de cemento que hay para sentarse y miré y miré por los huecos de la malla pero no vi nada porque todo estaba oscuro oscuro y entonces metí mi dedo para alcanzarte y no te alcancé nada porque mi dedo era muy chiquitito y grité prendan la luz prendan la luz para ver a mi papá y un policía que estaba parado atrás y yo no lo había visto dijo silencio silencio o se acaba la visita y las señoras que también estaban de visita le contestaron oiga vaya a gritar a su casa la criatura quiere ver a su papá o acaso usted no tiene hijos y el policía se calló y le dio vergüenza y ya no dijo nada y entonces grité más fuerte para que me acaricies en mi cara con tu mano y mi mamá me miró y no sé cómo sus ojos tenían una luz en la oscuridad y tú desde atrás me dijites marcela escúchame escúchame pero yo no te hice caso y jalé la malla con toda mi fuerza que tenía pero no la moví nada porque era muy dura y comencé a llorar juerte pero ahí nomás me callé porque mi mamá me dijo marcela acuérdate de nuestra promesa y era cierto porque una vez nos prometimos para no llorar nunca para no darles gusto a los hombres negros con pistola que te trajeron a la cárcel cuando mi mamá todavía me tenía en su barriga y por eso me callé y también porque tú siempre me dices que una promesa se cumple pero mis lágrimas no me hicieron caso y se cayeron solitas por mi cara desde mis ojos hasta el piso y tú de seguro adivinates porque me hablates desde atrás con tu voz que se escuchaba diferente hijita ten paciencia te prometo que pronto vamos a echar abajo estos fierros te acuerdas sí… yo también y cuando me prometites me contenté un montón igualito que me contenté denantes cuando mi mamá me dijo que había cayido ese régimen que era cerrado pero yo no sabía cómo había cayido y por eso le pregunté para que me cuente pero ella dijo en el camino te cuento hija ahora mejor alistamos nuestras cosas para ir donde tu papá y yo le hice caso y nos alistamos rápido rápido riyéndonos muy contentas y salimos a la esquina con la canasta donde hemos trayido tu comida y ahí nomás vino el micro y mi mamá dijo ay qué suerte ahí viene el micro que maneja el vecino serafín él nos va a llevar gratis y no se equivocaba porque el vecino serafín paró su micro muy contento y me dijo hola marcela sube sube pero qué contenta te ves por algo será y yo le dije es que voy a ver a mi papá porque la visita ya es directa y el vecino dijo bravo bravo ya era tiempo caracho por qué tanto odio con esos hombres y diciendo así bajó su voz para que no le escuchen las señoras que estaban sentadas atrás y le preguntó a mi mamá cómo fue vecina melania cuénteme porque en la tele escuchamos que los presos habían tomado yanamayo y castrocastro y estuvimos preocupados con la familia sí y mi mamá también bajó la voz y le dijo sí vecino imagínese fueron cuatro días de pelea porque los compañeros habían tomado los no sé qué… ah sí los pabellones sí así dijo mi mamá y habían subido a los techos con sus no sé qué… ah sí sus banderolas que eran bien grandes y sus pancartas y entonces yo quería decirle vecino serafín yo sé cómo es una pancarta porque una vez con mi mamá fuimos a no sé dónde que era una calle grande grande y en ahí caminamos con nuestra pancarta que era así de este tamañote sí y caminamos con la señora mela que ya es viejita y tiene su nieta y la señora rosita que tiene sus hijos y el tío miguel que tiene su triciclo y varios varios familiares y gritamos fuerte fuerte presos políticos libertad libertad y unos policías que nos miraban amargos dijeron estos son familia de terrucos y yo me amargué mucho porque yo sé que esa palabra es palabra sucia y les grité mentira mentira nosotros somos familiares de presos políticos así como tú me has enseñado muchas veces pero no sé si los policías me escucharon y entonces todo eso quería decirle al vecino serafín pero no le dije nada porque mi mamá le seguía contando sí vecino y fue muy bonito también la pelea porque los familiares apoyamos desde la puerta del penal gritando horas de horas hasta quedar roncas como usted se da cuenta así dijo tosiendo un poquito ojó ojó y que habían peleado duro con los policías porque ellos querían botarlos y habían armado sus no sé qué para dormir… ah sí carpas sí así dijo mi mamá y que había sido gracioso también en una parte porque los compañeros que son mis tíos que viven contigo no sé con qué chancaron y chancaron todo el día los fierros adentro y levantaron harto polvo que había subido al cielo y como nube había tapado todo el penal y que no sé quién que es el dueño del penal… ah sí el director que es un policía también había andado con su cara así mira… como un oso con dolor de barriga y bien agarrado su cabeza había dicho me destruyen mi penal carajo me destruyen mi penal hasta que después de cuatro días el fujimori había formado una comi no sé qué… ah sí comisión así dijo mi mamá al vecino serafín y también le dijo pero usted sabe cómo es el fujimori dice una cosa y hace otra y no podíamos confiarnos pero felizmente denantes una compañera me ha pasado la voz que la visita ya va a ser directa y que los compañeros van a tener más tiempo de patio imagínese después de diez años de encierro y el vecino escuchaba y escuchaba manejando el micro y moviendo su cabeza así… y así… hasta que llegamos y nos bajamos rápido con nuestra canasta y corrimos a hacer nuestra cola muy contentas igual que las otras señoras que también se reían y hacían su cola y peinaban a sus niños y cargaban sus paquetes y sus bolsas y conversaban con su voz que también estaban roncas y decían qué larga está la cola y el tiempo cómo corre hasta que ya entramos y mi mamá me dijo ahora puedes decirle a tu papá que lo quieres mucho y yo le dije mami cómo le voy a decir si nunca lo hey visto y mi mamá se calló y recién más ratito dijo no sé qué me ha entrado al ojo y se limpió con peache su ojo que de nuevo tenía su luz pero luego se sonriyó un poquito y me dijo anda tonta yo te voy a enseñar a tu papá apenas entremos al pabellón y ella no mentía porque cuando llegamos a esa puerta de fierro… mira allá… y entramos aquí al patio tú ya nos esperabas junto con varios varios que son mis tíos y ahí vinites muy contento hacia nosotras y mi mamá me dijo marcela saluda a tu papá pero yo no pude saludar nada porque mis lágrimas cayeron de mis ojos y no me dejaron hablar pero luego ya no lloré porque tú me alzaste para arriba muy alto con tus brazos y a las dos nos abrazaste y nos diste cariños y nos hicites muchas preguntas y nos dijites vamos un ratito parallá y fuimos los tres agarrados de la mano y en ahí donde antes dentrábamos para verte vimos toooda la malla oscura que estaba tirada con su pata para arriba y los fierros que eran como sus brazos que estaban torcidos para el rincón y los alambres que eran como su cabello todo en montonzotes por el suelo y viendo así yo abrí mi boca grande grande recuerdas… y me reyí un poquito he-jé he-jé tapándome la boca para que el policía no me vea y luego ya nos venimos a esta banca para sentarnos y entonces me dijites belleza siéntate aquí en mis rodillas y cuéntame todo y yo empecé a contarte… nada más.

15 de agosto de 2007
Víctor Hernández


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